Según publica "El Confidencial" a fecha de hoy, la reforma de la Ley de Seguridad Privada que está a punto de culminar el Gobierno, ha disparado la demanda de cursos de formación para conseguir el título de Vigilante de Seguridad, un requisito imprescindible para trabajar en este sector. La nueva norma ampliará las facultades actuales de los Vigilantes Privados, facilitando que las compañías de seguridad asuman servicios que hasta ahora sólo podían ejercer los funcionarios de las Fuerzas de Seguridad. El sector espera multiplicar sus cifras de negocio en los próximos años. Y con las tasas de paro en niveles de récord, muchos desempleados han visto en este cambio normativo la oportunidad para conseguir un empleo y con él un sueldo.
Centenares de academias homologadas por el Ministerio del Interior imparten el curso de Vigilante de Seguridad en todo el territorio nacional. El coste de la formación oscila entre los 300€ y los 500€, incluyendo los manuales, clases presenciales y entrenamiento físico. Por lo general, el periodo de formación dura entre las 6 y 8 semanas, siendo la asistencia a las clases obligatoria.
Lucir la placa oficial de Vigilante de Seguridad no sólo permite realizar más funciones, sino que también está mejor remunerado.
La reforma legal va a abrir nuevas oportunidades de empleo en un sector que ha sufrido la crisis económica, y las academias de formación ya lo están notando.
La nueva Ley de Seguridad Privada, que sustituirá a la normativa en vigor aprobada en 1992, no sólo mejora la consideración de los vigilantes en el ordenamiento jurídico, sino que además extiende sus capacidades de control. Hasta ahora, sólo podían cachear y detener en el interior de edificaciones, inmuebles o centros comerciales. También se les permitía trabajar en urbanizaciones privadas y polígonos industriales. Pero con el texto impulsado por el PP podrán comenzar esas funciones de vigilancia en cualquier espacio público, incluso en el centro de las ciudades. Además, la ley los habilita para proteger el perímetro de las prisiones, un cometido que hasta hace poco realizaba la Guardia Civil en exclusiva.
Esta nueva Ley de Seguridad Privada sienta las bases para el crecimiento sin límites de su actividad en un corto plazo.
No es de extrañar que, con el panorama actual del empleo, la Seguridad Privada se está convirtiendo en el flotador al que muchos quieren agarrarse. Este sector ofrece, además, oportunidades a los trabajadores menos cualificados, el segmento más castigado por la crisis.
Yo, personalmente, y como muchos compañeros/as que se encuentran en la misma situación que yo, en desempleo, espero que sea así y que nuestro sector empiece a resurgir, ofreciendo nuevos puestos de trabajo a aquellos Vigilantes habilitados que nos encontramos en paro.
¿Crees, al igual que yo, que nuestro sector va a resurgir, ofreciendo nuevos puestos de empleo?
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